Ese tipo


ESE TIPO

                                                                                                                                                               Otermin María Belén

Moríamos en las calles tan solo por comer, algo tan sencillo como eso. Ya no creíamos en nadie, las traiciones nos habían acobardado. Mirábamos con nostalgia los años que nos recordaban a un General que amaba a su pueblo. Los sueños se habían reducido a una estampa rígida colgada en la pared. Que aparentemente ya no nos decía nada. Todo se recordaba en blanco y negro. Y un día de diciembre ya casi no recordamos el año, la tierra se abre. Los poderosos de siempre cavaron un pozo para nosotros y caímos en la profundidad. Allí habitábamos, muchos hicieron sus familias ahí abajo, algunos criaron a sus hijos, otros simplemente resistían, los más fuertes intentaban subir, al darles la luz sobre el rostro las balas de los poderosos de afuera penetraban en sus rostros y caían muertos.

Un día común, como eran los días dentro del pozo, comunes, se acerca un tipo. Que pispea para bajo. Nadie lo conocía, era extraño, nadie sabía de donde venía. Era pálido, abrigado, medio friolento, medio tuerto, desaliñado no se parecía a los poderosos de afuera. Los ganadores claramente no son así. Los de arriba que eran a su vez los de afuera, se jactaban delante de él de lo que habían hecho con nosotros..."míralos", les decían los tipos. Y él se quedaba callado mirándonos. Algunos ligeramente entendíamos el silencio como complicidad cuando quizás era simplemente algo que se llama prudencia. Quizás aun no era el momento.

Un día común, como eran los del pozo, comunes, el tipo, ese desaliñado, medio tuerto se nos acerca. Sí, lo  recordamos bien era el 25 de mayo de 2003, nos chifla y nos dice..." Traten de subir que yo los trato de atajar acá arriba, suban!,  yo vigilo que los de afuera no se acerquen. Yo solo no puedo sacarlos, son ustedes que deben subir, solo no puedo ...ayúdenme" . Mientras que nos hablaba, en ese preciso momento desde arriba se le desprende y cae precipitadamente del bolsillo de la camisa la imagen del General, esa imagen en blanco y negro que recogimos desde abajo, la que nos hizo temblar, pero fue en ese momento que decidimos subir. Fue difícil para muchos, algunos acostumbrados al pozo entendían que ese era su lugar, era lo conocido y además nos habían hecho creer que era el lugar donde debíamos estar. Del total solo subimos 22, fue dura la tarea, los demás no se animaban y nos criticaban y los de afuera nos esperaban.

Al estar afuera esos 22, junto a él logramos que retrocedieran los poderosos de siempre. Los alejaron de los que quedaban temerosos en el fondo del pozo. Comenzamos a luchar con las armas que nos dio. La alegría y la fuerza que daba la independencia eran sublimes, no éramos muchos pero éramos fuertes. Al tipo, lo comenzamos a ver distinto ya no era ni tan desaliñado, ni débil, ni tuerto. Lo veíamos fuerte, inteligente, perseverante nos había enseñado con que armas aplastar a los asesinos de siempre. Mientras tanto los 32 que restaban por salir seguían abajo.

Un día común, como eran los días dentro del pozo, comunes, los de abajo se enteran que el tipo ese, el valiente que nos impulso a salir había muerto después de una batalla enorme. El cansancio, el agotamiento, lo había debilitado y su corazón no resistió y decidió detenerse. Los 32 que estaban en el pozo con la fuerza que da lo injusto de la muerte empezaron como desesperados a tratar de subir, uno a uno se ayudaban, lloraban, se daban fuerza, se abrazaban, gritaban y hasta cantaban en su honor. Estaban asustados pero sabían que de ellos dependía que la muerte de Él no haya sido en vano.

Hoy afuera somos 54, luchando y dispuestos a dar la vida por este otro país y gracias a ese tipo que no era común. Que no era ni tan débil ni tan ingenuo, ni tan tuerto, ni tan friolento. Hoy sos para nosotros Néstor Carlos Kirchner y jamás te olvidaremos!

Gracias.